Todos los días, Silvia camina por las calles junto a Palomo, un perrito que adoptó, para vender frituras.
El lomito ha conseguido fama en Internet luego de que compradores lo fotografiaran realizando su «chambita».
Todos los días, Silvia camina por las calles junto a Palomo, un perrito que adoptó, para vender frituras.
El lomito ha conseguido fama en Internet luego de que compradores lo fotografiaran realizando su «chambita».