Antes de que lo intubaran por covid, me dijo «Te voy a pedir matrimonio y quiero que me esperes» a lo cual yo le respondí que SÍ, que yo lo esperaría, que tendríamos nuestros hijos y que seríamos inmensamente felices.
Lo sigo esperando.
El anillo lo escogieron mi suegra y él juntos, ella lo estaba guardando desde que mi novio lo compró.
Ahorita no tengo palabras para ser lo suficientemente coherente, pero daría mi vida para que él estuviera devuelta en la tierra y decirle que estoy consciente de que nunca se cansó de hacerme feliz.
En esta vida no se pudo, pero en la otra vida seré la primera en la fila para que me vea primero y que la historia cambie y me vuelva a decir te quiero”.